¡Qué bonitos eran aquellos libros, qué bonitas aquellas ediciones y qué genial Julio Verne! Todas sus obras son maravillosas, eternas. Pasen los siglos que pasen, siempre habrá personas que las lean y activen la imaginación a través de cada línea, de cada página. He aquí un título/ejemplo muy elocuente: "Un capitán de quince años".
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