Hay objetos que trasladan por arte de magia al ayer. He aquí uno. Su contemplación nos sitúa a quienes lo utilizamos... en la época del cole. Y en el complicado momento de intentar borrar de nuestra vista algo que queríamos que desapareciera. Afán, por cierto, no siempre satisfecho. Ayer, inolvidable ayer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario