Resultan incomparables los modernísimos juguetes actuales con los de antaño. Incomparables, sí. Los antiguos eran de hojalata y cuerda (en la imagen adjunta, un ejemplo), de madera... Y muy sencillos. Carecían de sofisticados mecanismos. Ahora bien: a diferencia de muchos de hoy, los juguetes del pasado, tan limitados técnicamente, tenían un encanto que se mantiene de siglo en siglo. Al volver a verlos, queda claro por qué.
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