Esta imagen fue antaño muy habitual en numerosos hogares españoles. Encima del televisor se colocaba, sí, a modo de adorno, una muñeca flamenca. Con los aparatos de ahora, tan estrechos, no es posible hacerlo. He aquí una curiosa costumbre que, como muchas más, forma parte de lo que el tiempo se llevó. Conste en acta, pues, la existencia de aquella popular muñeca con traje de faralaes, mantilla, peineta y abanico, como protagonista del tele/ayer doméstico.
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