Entre los personajes más inolvidables de la infancia consta por derecho propio el famoso "ratoncito Pérez", simpático y generoso roedor. Por la noche llega a casa en silencio y se lleva los dientes que se les han caído a los niños. A cambio, les deja bajo la almohada regalos o algo de dineruco. ¡Bendita tradición!

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