¡Qué rica estaba la comida que se preparaba en las antiguas cocinas de carbón y leña! Cualquier plato quedaba de sobresaliente cum laude. Todos se hacían con calma, productos naturales y populares... Su recuerdo traslada al tiempo de la infancia, a los años entrañables de verdad. En suma, a lo que nunca volverá pero que un día fue y disfrutamos. Hoy, motivo de inevitable añoranza.
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