Gracias a este antiquísimo anuncio podemos recordar los colchones de lana que hubo antaño, con funda a rayas blancas y rojas. Los conocí en casa de mi abuela materna: dormí muchas veces en ellos cuando era un chaval. ¡Qué colchones y qué tiempos! Para airearlos había que varearlos, labor callejera muy especial...
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