Viendo lo que se ve actualmente, se añoran aquellos tiempos de infancia en los que lo pasábamos estupendamente leyendo cuentos. O escuchando como nos los leían nuestros padres, claro. En vez de tener en nuestras manos un móvil, los niños teníamos con frecuencia ¡un libro! La diferencia entre el pasado y el presente es, en múltiples aspectos, enorme. He aquí otro claro ejemplo.
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