Con este invento disfrutamos de chavales, en plan callejero y más de una vez, varias generaciones de españoles. El "aro" era un juguete popular y barato. Hablo, por supuesto, de tiempos sin móviles ni ingenios electrónicos de ningún tipo. Con tal de pasarlo bien se estrujaba a tope la fantasía para extraer de ella hasta la última gota...
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