Los despertadores de antaño no eran estéticamente tan sofisticados como los de hogaño, pero resultaban igual de eficaces. Y en algunos casos, más. Este de la foto, por ejemplo, lo tuvimos en casa muchas personas. No fallaba. A la hora seleccionada previamente, montaba un escándalo sonoro de tal magnitud que... ¡como para no levantarse a pararlo! Excelente máquina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario