Son inolvidables los llamados "sobres-sorpresa". Tanto los niños como las niñas (que para ambos había) acudíamos a los kioskos de chucherías, prensa, etc., a comprarlos. Permitían dejar volar la imaginación. Su pequeño contenido creaba un micro-mundo en el ámbito de los juegos caseros y callejeros. En esta foto vemos uno de chicas. Para chicos los había de batallas, el far-west, deportes... ¡Qué barata fue antaño la felicidad!
No hay comentarios:
Publicar un comentario