Esta imagen activa en la memoria de los adultos que peinamos canas otro recuerdo entrañable. Cara del asunto: a los chavales nos encantaba tener unos patines, invento ideal para jugar y valorar el equilibrio. Cruz: si no se dominaban, la caída estaba garantizada. O sea, el culazo (que salía doler bastante). Con cosas así de sencillas lo pasaban pipa unos cuantos, en tiempos muy distintos a los actuales, gracias a los siempre generosos Melchor, Gaspar y Baltasar.
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