Esto es algo inolvidable para muchos ciudadanos españoles. Cada vez que se "fundían" los "plomos" quedaba la casa a oscuras. Había que ponerse entonces manos a la obra para arreglar el problema y era necesario encontrar a un héroe capaz de colocar en su sitio lo que había que colocar (foto adjunta). En tal coyuntura nunca sobraban candidatos. Menos mal que siempre surgía un émulo de El Capitán Trueno, El Jabato o Roberto Alcázar y Pedrin dispuesto a jugársela. De tal manera, retornaba la luz y se podía apagar la vela.
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