Una de las grandes estrellas del cine, perteneciente a su época dorada, fue el genial bailarín Fred Astaire. Sus cualidades para la danza eran extraordinarias. Las películas que protagonizó, trabajando en ellas con excelentes parejas, son obras de arte. Fred bailaba de una manera tan impresionante que se agotan los calificativos para elogiarle. Su huella será, en consecuencia, eterna.
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