Los críos nos entretuvimos en el pasado con el popular "Yo-yo" (foto), barato y de sencillo funcionamiento. Algunos conseguían hacer con él auténticas virguerías. Otros, menos dotados para determinadas habilidades manuales, le extraíamos pocos efectos. En cualquier caso, aquel juguete constituye un testimonio de cómo era el ayer, tan distinto al presente en todos los aspectos. ¡Qué tiempos los del "Yo-yo"!

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