Determinados actores son sinónimo de cine. El estadounidense Lee Van Cleef es uno de ellos. Participó en numerosas películas del Oeste, y casi siempre en el papel que le iba como anillo al dedo, que dominaba totalmente. Es decir, el de villano. Destacan sus trabajos en largometrajes tan taquilleros como "La muerte tenía un precio", "El bueno, el feo y el malo", "Solo ante el peligro", "El hombre que mató a Liberty Valance", etc. Recordarle implica evocar una exitosa y añorada época cinematográfica.
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