Poco tienen que ver las llaves de antaño con las de hogaño, tan modernas y sofisticadas. Las antiguas -en la foto adjunta, una- eran muy sencillas. Iban, pues, a juego con las puertas, bastante distintas también a las actuales. Recuerdo estas llaves y aquellas puertas de dos partes (durante el día sólo permanecía cerrada, en muchos casos, la inferior). Incluso que algunos ciudadanos al salir de casa dejaban la llave debajo del felpudo. Existió el ayer, sí.
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