El video, hoy aparato "vintage", fue sinónimo de modernidad. Poder ver en él películas o grabar programas de la tele y contemplarlos cuando al usuario le apetecía, constituyó una extraordinaria revolución para el sector del entretenimiento. Nostálgicos sin remedio, muchos guardamos aún varias de sus cintas. Aunque forme parte de lo que el tiempo se llevó, siempre será inolvidable. ¿Motivo? Muy relevante: proporcionó innumerables horas de felicidad doméstica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario