Los de hoy están todo el día con el móvil en las manos, pero los niños de antaño nos entreteníamos con inventos tan baratos como el "Yo-Yo". En esta foto vemos uno. ¿Cómo funcionaba? Se enrollaba en él la cuerda atada al dedo índice o al dedo corazón y se soltaba. Entonces el "Yo-Yo" caía y se autoenrollaba. ¡Incluso algunos hacían con él malabarismos! No necesitaba pilas, no había que cargarlo en ningún sitio. Era igual de sencillo que, en el fondo, la propia vida.
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