Hoy es fácil hacer una foto y tenerla de inmediato revelada o impresa, pero antaño no. Para las del
carnet de conducir, DNI, etc., una de las opciones que existían era el
"fotomatón". O sea, aquellas cabinas callejeras (ejemplo, imagen adjunta) en las que entrabas, corrías la cortina, girabas el asiento hasta dejarlo a la altura idónea, metías la moneda, apretabas el botón, mirabas a la cámara, surgía el flashazo y pronto disponías de varias copias. A menudo, por cierto, saliendo en ellas con una cara en la que sólo faltaba debajo el famoso "Wanted" de las películas del Oeste. Muchos utilizamos el popular "fotomatón". Muchos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario