Entre los oficios de los que ya quedan muy pocos profesionales destaca el de afilador, especialista que afilaba cuchillos, tijeras, arreglaba paraguas, etc. Iba por los barrios con su rueda -después bicicleta, como vemos en esta foto- y realizaba a precio módico una labor de gran utilidad. En cuanto escuchaban desde sus casas un "chiflo", los vecinos ya sabían que se encontraba en la calle dispuesto a servirles. Su imagen hoy es una estampa del ayer más inolvidable y entrañable.
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