Los "niños-prodigio" españoles del espectáculo fueron extraordinarios. Hay admirables ejemplos. Uno, el de Marisol. ¡Qué arte tenía! Ya en aquella etapa lo hacía todo bien: cantar, bailar, interpretar actoralmente, etc. Cualquiera de las películas que protagonizó es un prodigio. Están llenas, por su parte, de carisma y talento. ¡Qué cine aquel y qué artista! Serán siempre inolvidables "Tómbola" (a tal largometraje corresponde la foto adjunta), "Ha llegado un ángel", "Un rayo de luz", etc.
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