El consultorio de Elena Francis

 

Elena Francis fue un personaje de ficción, un genial invento comercial para anunciar unos laboratorios de productos de belleza. Se encargaron de concederle vida, entre otros magníficos profesionales, mi colega Juan Soto Viñolo, que redactaba las contestaciones a las cartas que doña Elena recibía, y la locutora Maruja Fernández, su voz ante el micrófono. Aquel consultorio, de alto voltaje sentimental y moral, era un referente de la comunicación: dominó en audiencia las tardes hertzianas de España. Quien lo escuchó, no lo ha olvidado. Aún parece sonar, por ejemplo, su pegadiza sintonía, composición de Víctor Herbert titulada "Indian Summer". Tanto desde el punto de vista radiofónico como del publicitario estaba muy bien hecho. Permaneció en antena de mediados los cuarenta a mediados los ochenta. Durante esos años ningún oyente supo que Elena Francis no existía. Gran mérito, sin duda, del equipo que elaboraba la emisión. Pocos secretos han durado tal cantidad de tiempo en la Historia de la Humanidad.