Cuando antaño se llegaba a una ciudad -por ejemplo, para disfrutar de las vacaciones- lo primero que se hacía era comprar en un kiosko de prensa una tarjeta postal y enviarla a casa mediante Correos para decir que el viaje había sido estupendo, que el destino era muy bonito, etc. Hoy, como todos tenemos móvil, se envía un whatsapp, un video, se llama por teléfono, etc. Aquellas inolvidables tarjetas, baratas y muy populares, son en consecuencia otro toque nostálgico.
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