Con inventos así nos entreteníamos los niños en tiempos sin internet, ordenadores, teléfonos móviles, play-stations, etc. O sea, con cosas sencillas, ingeniosas y baratas. Doy fe de la dificultad que implicaba poner en orden del 1 al 15 esos números. Bastante más de lo que parece a simple vista. He aquí otro recuerdo entrañable.
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